Y con la maternidad ha llegado el tratar de sacar algo de tiempo para cocinar cositas caseras y ricas, improvisar y hacer nuevas recetas y preparaciones con los ingredientes de siempre. Aquí os dejo unas albóndigas de berenjena en sustitución de las tradicionales. Ya sea para los lunes sin carne, personas vegetarianas o un día cualquiera.
Ingredientes:
- 2-3 berenjenas
- Soja texturizada (Opcional)
- 1 Huevo
- Pan rallado
- Ajo
- Perejil fresco
- Sal y pimienta negra
- Opcional: Harina
Para la salsa rápida de tomate:
- Tomate triturado
- Laurel
Cocinar las berenjenas en el horno hasta que queden tiernas (en mi mini horno las dejo casi media hora por cada lado). Dejar enfriar, pelarlas y escurrir la carne de la berenjena en un colador, colocando algo de peso encima. Con media hora es suficiente, aunque yo suelo aprovechar cuando cocino la comida y la cena para ir haciendo diferentes partes de la masa. Por ejemplo, mientras preparo la comida he pelado la berenjena y la dejo escurriendo hasta la noche, que paralelizo hacer la cena y dejar lista la masa de las albóndigas. Una vez que está escurrida sólo hay que aplastarla con el tenedor o triturarla con la batidora (me gusta más esta opción) y tendremos el equivalente a lo que sería la carne picada en la preparación de las albóndigas tradicionales. Si se quiere conseguir una textura más parecida a la carne (o una albóndiga más contundente) es el momendo de añadir soja texturizada. Hay que mezclar bien y dejar reposar. La soja absorberá el líquido que queda y quedará bastante compacta, aunque yo le sigo echando un huevo y un poco de pan rallado para acabar de ligar la masa. Cuando la soja se haya hinchado, añadir el ajo picado, una pizca de sal (poquita, no hace falta más con el resto de sabores), pimienta negra, perejil troceado y el huevo, y amasar. Finalmente añadir el pan rallado justo para que la masa quede consistente. Lo ideal es probar a hacer una bolita. Estará lista si no se resquebraja y mantiene la forma. Si no se echa la soja texturizada el proceso sería el mismo, aunque la masa sería más húmeda y haría falta menos huevo y/o más pan rallado. Una vez lista la masa se deja reposar en la nevera un mínimo de 2 horas, si es posible.
Después sólo quedará bolear las albóndigas (darles forma), pasar por harina y freír. La harina es totalmente opcional, en mi casa no solemos hacerlo porque nos gustan más así, quedan menos esponjosas.
¡Y lista la receta! Están ricas para comer directamente así, pero el toque de una salsa también les queda muy bien. En este caso preparé una salsa de tomate rápida: en una sartén con un poco de aceite se echa una lata de tomate triturado y una hoja de laurel, se le va dando vueltas y se deja freír, tapando de vez en cuando. También se puede hacer una salsa más elaborada con cebolla, pimiento, vino blanco...
En la foto podéis ver las dos preparaciones, con soja (primera foto) y sin ella (segunda).
Me gusta preparar más cantidad de albóndigas y aprovechar para prepararlas de diferente manera. ¡En guiso con patatas también quedan muy ricas y sabrosas!
Espero que os haya gustado la receta. Si os animáis a probarla, no dudéis en comentar por aquí vuestras impresiones :)
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